miércoles, 9 de noviembre de 2011

Juan Carlos Aros regresó a Chile (y su circunstancia)

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En la noche del vierne4, le impresionó a mi amigo Juan Carlos Aros el salón del Ateneo, le pareció sublime, impresionante (tal vez viceversa). Le cautivó. Llegamos tarde de la cena con Antonio y Carolina. No escuchamos a Cereijo, no escuchamos a Guinda, banderilleros. Llegamos cuando Aarón García Peña repasaba los pueblos de la provincia de Barcelona y atribuía a cada uno de ellos la impresión lírica con que le habían dañado. A Juan Carlos le gustó. Entre el resto del público estuvo dividida, no tanto sobre la validez poética de la primera solución provincial , sino sobre la propuesta en sí. Es conocido que Aarón quiere hacer una enciclopedia poética compuesta de 50 libros, cada uno de ellos dedicado a una provincia. Original y ambiciosa sí es. Yo creo que no tendrá competidores. Juan Carlos no entendía demasiado ese afán geográfico. A él le preocupa más el vino chileno: está enamorado de su calidad y sus modernidades varietales. La verdad es que sabe. Nos hemos pasado días probando vinos españoles y dice que no, que los chilenos. Juan Carlos Aros regresó hoy miércoles a Chile, no sin antes patear Madrid, hacerse asiduo de la taberna Argensola y visitar Libertad8 el pasado martes8 para escuhar a Pepe Esteban.

Pepe Esteban, claro
Que Pepe Esteban.es una enciclopedia de sucedidos literarios, todos sabemos. Él también. Cuenta con regodeo. Dice que fue poeta un tiempo, que luego no, que ahora casi. Las Hazversidades cerraban su segundo ciclo con él. Juan Carlos estuvo atento a cuanto Pepe contaba, que fue variado y curioso. Hubo sonrisas y risas francas. Dijo: “Lloviendo y Garciasol, hoy no hay Dios”. O contando la errata de aquel poeta cubano cuyo verso “yo tengo un fuego atroz que me devora”, quedó, por obra y gracia de la imprenta, en “yo tengo un fuego atrás que me devora”. Cosas. Al final leyó un poema. El director del curso, Jaime Alejandre, estuvo a su propia altura. Juan Carlos departió largo y tendido con Carmina Casala, con Rafael Soler, con Pepe Elgarresta (envuelto en hielo por incisión de un dentista), con José Luis Morales. Qué alegría para mi poder besar a Elvira Daudet. Ah, también estuvo Juana Vázquez, que la vi, que me vio, y Enrique Gracia, y Cortijo Cieza y Rafa Borge. Unos salían, otros entraban, inquirí a la cámara de Maxi Rey: es que ahora damos un homenaje a Javier Lostalé. Le pregunté a Juan Carlos si quería. Me dijo, cachai, que le quedaban ciertos vinos por probar para una más perfecta comparativa. Que le disculpase con Javier. Eso haré.
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