lunes, 24 de junio de 2013

La hora del cierre. Un poema de Eugenio Arce

     

Tiene la poesía de  Eugenio Arce Lérida una tentación moral. Un tono que la inclina hacia la reflexión melancólica sobre actos y actitudes. En sus palabras habita una confianza segura en que la poesía es utensilio de belleza tanto como de conciencia.  De la conciencia que busca la luminosidad en la virtud. Y en la crítica.. No hay pizca de amargura cuando el verso detecta la feble voluntad de los humanos, sino que su respuesta lírica es persistir en voluntad. Cuidadoso hasta el extremo en la elaboración de sus poemas, tiende hacia una poesía útil, de claridad.. Su buen hacer procura que ni la elipsis excesiva, ni el fragor emotivo, ni el barro de la acumulación oculten la eficiencia del lenguaje, su inmediatez y economía. Su sentido musical.

     Eugenio es manchego, poeta y narrador. También amigo. Vive en Ciudad Real, donde es responsable actualmente del grupo Guadiana de poesía, de sus actos y tertulias. Como poeta tiene publicados Yunque de luz herida (BAM 1996) e Interna geografía (GL Guadiana 2001). A los que durante el pasado año se le ha añadido Siempre será mañana, editado en Campeche, México, por la Casa Maya de la Poesía.
De esta última entrega, el poema que ofrecemos.     

La hora del cierre

El bar está a apunto de cerrar.
Un camarero barre
papeles y fantasmas.
Son restos de naufragios
y de celebraciones.
El impulso del tiempo
desaloja el local.
Todos corrieron hacia su destino
apartando la niebla con sus manos.
Aquí convivieron, por un momento,
las simas de los sueños,
el halo de las cúspides
y el espacio desnudo
de la resignación.
En esta tibia atmósfera aún flotan
verdades y mentiras
unidas por los lazos no verbales
de toda representación teatral.
Ya el bar cerró sus puertas
y un manto de silencio 
nos va borrando a todos.

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