lunes, 17 de febrero de 2014

El reportero frustrado

   Consejo bimensual de redacción. Habla el jefe: Digo yo que la poesía parece ser una actividad indescriptible preocupada por describir lo indescriptible. La poesía espera siempre ser descrita a base de comparaciones o contradicciones, de negaciones o paradojas, mas siempre al sesgo. Los que la ejercen de forma consciente se atreven menos que nadie a definirla, tampoco a limitar su campo. Y cuando se ven forzados a hacerlo lo hacen -no demasiado convencidos- por aproximación o señalando alguna de las cualidades que se supone contiene. No actúan así porque encuentren libertad en la indefinición, sino porque saben que está en la esencia de la poesía ser, de inmediato, otra cosa que aquella que se termina de definir. Siempre te deja mal, siempre huye, no es fin sino camino. Pero eso sí, senda que ni el eterno caminar agota. Andar a su lado sirve de poco. Jamás avistaron destino aquellos que de verdad la acompañaron. Ni el del amor. Ni el de la vida. Ni el de la muerte. Por eso hay tantos que siguen en la búsqueda y perdidos. No es de fiar, ni se deja describir ni describe. Es por tanto algo ajeno a la razón, a la lógica de lo físico. Un disturbio. Un trasto, a veces necesario, entre el tacto y la irracionalidad. Tras una pausa para ver el efecto en los rostros de los redactores, concluyó: Sabemos poco del asunto de la poesía, del que vivimos, y este es uno de los pocos temas que en Mientras la luz debe quedar meridianamente claro. Sed humildes, no pretendáis entender y os mantendréis con salud.
Muchos redactores salían con la extrañeza en los ojos, mas en silencio (por respeto). Sólo la becaria se atrevió, casi inaudible, ¿De quién diablos habrá aprendido eso de meridianamente claro?

Javier Díaz Gil y Federico Monroy

 Con tal enredo –y con las horas tasadas– salimos a la descubierta de la semana. Lunes 10. Sin ánimos casi. A Libertad8, que siempre hay algo. Este es un local de conquista fácil, basta con atreverse y solicitarlo. Federico Monroy quiso estar acompañado por Javier Díaz Gil en la lectura y sus compañeros de la tertulia Rascamán en la zona de escucha. Por cierto, la tertulia ha abandonado el Café Ruiz para irse por la zona de Diego de León (La Livrería C/ Martínez Izquierdo, 9), territorio a conquistar por y para la poesía. Hubo brindis inicial, música de piano –a ver si lo arreglas, Julián– y poesía bien leída, en calma sonora. Federico con cierto riesgo, siempre al borde de… y más asentada y firme la de Javier. Mereció la pena. Alma Pagés estuvo de guardia, protegiéndome.

Javier Lostalé
   Decididos a entender, pero humildes, acudimos a la Biblioteca de la calle Azcona el martes 11, leía Javier Lostalé, que dijo extrañar el tiempo que llevaba sin una lectura individual. En Madrid, puede ser. A esta la tituló Rosa y tormenta. Javier es lord protector de los poetas madrileños, a quienes alienta y escucha con respeto, pero lee poco en público. Dijo que escribe mucho, que espera libro con Pre-Textos para el otoño, que mientras lo escribía estuvo imaginando y disfrutando una amor y una magnífica historia de amor. Y de ello trataron unos poemas que se envolvían en el disfrute de los cuerpos, y las almas, y esas cosas. Todo en un decir purísimo. Si la poesía es una forma significativa de lenguaje, aquí la hay. Tras la lectura y ante la ausencia de preguntas, el poeta mantuvo un prolongado monólogo que fue aliviándole la tensión anterior. Contó alguna anécdota táctil alrededor de su Aleixandre.

   Miércoles. Reflexión.

Jesús del Real en Arco Poético
   En la Biblioteca de Retiro continúa el ciclo 2014. A Beatriz Russo (enero) le siguió en febrero Jesús del Real. Se anuncia para marzo la de Beatriz Herranz. Parece que Pepa Nieto quiere asegurarse la presencia de Miguel Losada. Veremos como siguen las convocatorias. Jesús estuvo íntimo y reservado. Hubo palabras previas de José Cereijo, tan ajustadas y fundamentales como siempre. Se aprende con él. Debería asistir el jefe, beber de su palabra, porque el asunto de la poesía, como él dice, adquiere transparencia escuchándolo. Jesús del Real es poeta enamorado de la poesía, la busca para quedarse en ella. Bien a través del amor, bien de la naturaleza. Leyó sin levantar los ojos ni la voz, intentando trasmitir el mismo aliento con el que escribe. Son poemas basados en el temblor, aunque atravesados aún por las lecturas. Hubo bastantes poetas entre los asistentes, María Antonia Ortega y Reina Palazón entre ellos. Jueves y 13.

Jerónimo Calero en un momento de su lectura
  Rodeados de todo el siglo XIX, cantaron los poetas al amor. Otro libro colectivo de Cuadernos del Laberinto. Y van… Encabezados por una muestra antológica de LA de Cuenca, LA de Villena y de Hilario Tundidor, más de una veintena de poetas convocados reunieron sus textos para la cuestión. Era 14 de febrero en el local de la AEAE, Leganitos 10. La sala en granate tiembla y aguanta. Con la chispa que acostumbra, leyó Enrique Gracia citas en torno al amor Consiguió, horizontal, la sonrisa. Siempre lo hace. La editora justificó el fruto y el trabajo de coordinación, que no suele ser poco. 12 euros. Luego comenzaron las lecturas. Leyó un chico, joven, al que habían otorgado el premio convocado al efecto, un poema que no lo parecía, lo juro. Habían venido desde La Mancha dos amigos de Mientras la luz, Jerónimo Calero y Juana Pinés, tras leer Jerónimo su poema, ese sí, tuvimos que abandonar la sala. ¿Recuerdan lo de la horas tasadas? Una sala repleta e incomodísima para estas lecturas colectivas. Lamenté no poder escuchar a Juana, a Maxi Rey y a Ana Montojo, que aguardaban turno. No vi por allí ni a LA de Cuenca, ni a LA de Villena ni a Hilario Tundidor que tanta ilusión me hacía.  Peste de reportero frustrado.             

5 comentarios:

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Un solitario ,refugiado en la buhardilla como yo, aprende mucho de tus itinerarios poéticos por la capital. De tantos actos perdidos me quedo con la pena de no haber escuchado a Javier Lostalé, que lee con voz de radio y con sentimiento desbordado. Lo demás, mucho ruido y una toponimia de nombres propios que hace del paisaje literario un mapa mudo. Abrazos.

fcaro dijo...

Dicen que es preciso sentirse solo, encerrado en un barco y en mitad del océano para poder entendernos a nosotros mismos y al mundo. Es más sabio, sin duda, quien elimina el ruido que quien en él se sumerge. Son muchos los ejemplos. Pero es menor el mérito, porque las tentaciones no están tan cerca ni son tan numerosas. Buñuel subió al poeta a una columna en mitad del desierto. Nada nos es dado gratuitamente. ¿Nos salvaremos, José Luis?

JOSÉ LUIS MORANTE dijo...

Hubo mucho tiempo en que yo creía que había que estar para ser. Era un grave error. Hay que ser. Lo demás es contingencia. No sé si nos salvaremos, tampoco es una pretensión personal; yo me conformo con mucho menos, con tener un libro entre las manos y me da igual que sea salvación o naufragio. Un placer leer tu blog, Paco.

fcaro dijo...

Categoría y circunstancia. Ser y estar. Necesariamente antagónicos. ¿Necesariamente antagónico?
En poesía, escribir lo que uno desea y ser leído (ser oído) no son conceptos que tengan que pelearse. Pueden y deben convivir. En caso de necesidad, sálvese la escritura.
Lo que es un placer es que exista alguien al otro lado de la pantalla.

Jesús Aparicio González dijo...

Dos amigos que están porque son
y yo en mi nube húmeda y virtual.

Interesantes entrada y charla.

Abrazos a los dos.