domingo, 14 de enero de 2018

Un año sin Nicolás del Hierro

      

    Hoy, 14 de enero,  hace un año que nos dejó el poeta Nicolás del Hierro. Él, que solía decir de sí mismo que erun hombre solo, porque sabía del valor de la soledad para ser libre, nunca fue un poeta solo. Tanto en lo vital como en lo poético estuvo siempre acompañado. Vivió fértilmente, fue amigo de sus amigos y de la fraternidad. Tuvo su voz matices horacianos, de concilio con los otros y con la Naturaleza. Escribió para vivir y murió escribiendo. Durante todo el año pasado fue recordado en multitud de actos poéticos. No se perderá su memoria, no se perderá. Buen amigo de este blog y de mi persona, tuvo la deferencia de confiarme este autorretrato lírico que compuso con fragmentos de sus poemas. Sirva para declarar nuestra amistad y su permanencia en nuestro corazón. 
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VERSOS PARA UN AUTORRETRATO

Nací en una mañana de aguanieve,
cuando lloran los sauces su denudo,
cuando yerto el paisaje, casi mudo
limita al corazón.
                             ¿Mi infancia?
Una casa de labriegos
en un lugar de La Mancha,
donde por plumas hay rejas
y por libros hay abarcas.

Era en aquellos años sin ventura,
cuando el viento azotaba nuestros cuerpos
y la Parca cernía su estandarte
sobre el extenso cinturón del mundo.

Yo entonces era un niño; tan niño
que a penas si podía pensar en esas cosas.

Nos pusieron descalzos en la tierra
y quemaba; quemaba como suele
quemarnos el dolor, pero algo así
como un dolor sin sitio destinado.

Era como una noche larga, larga,
que naciera en el alba de mis días
y adaptara el crespón de su tristeza
a la forma infantil de mi cerebro.

Pero creció la aurora, la mañana,
a impulsos de un enero soleado
y los Magos de oriente cargaron sus camellos
con la ilusión crecida por las calles.

Y fue preciso andar, nos lo pedían
las piernas, lo exigían los rosales
en flor de nuestra edad.

Es el tiempo en que rompo con la duda;
cuando agarro y estrujo las palabras;
cuando me vierto en tinta...

Soy el hombre del todo o de la nada;
depende. Se me desborda el mundo.
Agua, viento soy, pensamiento en suma,
con que sembrar quiñones en barbecho.

Sueño a veces que voy por un camino
y que tiene la vida un algo nuevo,
que huele a primavera, a luz, a vida...

Animal soy de ensueños: llevo
diez mil gaviotas blancas en mi frente
con las que a veces surco los océanos,
y, al ver la luz del día, me ilusiona
saber que nace al mundo una esperanza.

Luego queda el contraste,
el perderme detrás de cada estrella,
elevarme y subir hasta la nada,

vivir cualquier diciembre en la ternura
de toda Navidad como una ciencia...

Esto es cuando los ojos se nutren de libélulas,
cuando el amor me riega los cauces del afecto,
cuando miro la vida y me parece
que el viento peina lirios en la calle.

No en vano, a veces, uno sueña
con el perfil humano de las cosas
sólo porque una música lo envuelve
en su débil pasión de ser poeta,
y, en la ingente labor de la palabra
lucha por arrancarle al diccionario
la lírica pasión de su armonía.

viernes, 12 de enero de 2018

Barral y Ángel González


       El asunto es conocido, entre otros motivos porque lo cuenta Carlos Barral en sus Memorias. ¿No las leyeron? ¿Aún no las han leído? Y viene al presente por los actuales fastos por Ángel González. Chus está que lo vierte, desatado. Resulta que allá por los cincuenta, los jóvenes poetas  acomodados, los Barral, los Biedma, los Ferrán, los Ferrater y cía, admitieron en una de sus reuniones a un joven asturiano, barbado y cejijunto, que venía bien recomendado y con avales de afinidades progres. Acepto que la palabra progre aún no se había sembrado (los tiempos eran algo más duros). La conversación dejó sus prolegómenos líricos para derivar en la política y el antifranquismo. El joven amorenado tras leer sus poemas entró en un silencio profundo y escuchador, sin duda sorprendido de los modos y la desenvoltura de aquellos burguesitos. De mala conciencia, pero burguesitos espuma. Ambiente al que estaba poco acostumbrado. En la mañana que siguió, alguno sospechó de aquel poeta recién llegado y corrió la voz de que podría ser un poli memorioso de la politico-social, por lo atento que estaba. No es difícil hacerse pasar por poeta, pensaron. Los jóvenes de la Escuela de Barcelona, Jaime Salinas incluido, entraron en modo pánico y decidieron, durante días, abandonar sus hogares habituales como precaución. Mientras, multiplicaban gestiones con sus contactos. No se tardó mucho en aclarar las cosas. Lo que les tenía mosca es que aquella noche Ángel bebió tanto o más que ellos. Prueba a superar mucho más dificultosa que la de ser poeta. Años después, 1972, Carlos Barral, ya con casa propia, editaría la primera edición de su Palabra sobre palabra. Compré la 2ª, la del 77. Y la bien conservo. 
De ella, este soneto a lo Blas


miércoles, 10 de enero de 2018

Consejo de redacción y enero


       Nuevas y grandes novedades se anuncian en programas de mano (vulgo faceboock) para el ámbito sagrado de la poesía, dijo el Jefe en el primer consejo del año, tras pasar las navidades en Tomelloso investigando la infancia de Félix Grande.  O de Eladio, eso nunca lo sabremos. Que nada nos asure.  Año de bienes, año de nieves y grandes rebajas. Miren ustedes, después de la exhibición del diciembre pasado, Margarit y Montero ni se asuran ni candilean, bajan al ruedo y llevan en gira la presentación de sus dos novedades visor. Falta le hace a la poesía esa presencia pública de gran acontecimiento.  A nuestro juicio deberían incorporar a Loreto Sesma, la poeta maña en la corte-melilla de Chus, a su gira. Al fin y al cabo la poesía se escribe con emoción en la mano, algo que a los tres les sobra. Por lo demás, a lo nuestro, a cuidar a los poetas que sospechan de la meritocracia, esos que labran calladamente, alguien debe ocuparse de ellos.  Guardándonos de los que se cuidan demasiado a sí mismos con profusión de alabanzas. (Los de un poquito, valen). To y que aquí no sobra nadie, pero caben tantos que es difícil aguzar la vista. Alifar, que diría el manchego Mota. Las editoriales más jóvenes revientan de novedades, la poesía revienta en los bares, el Premio Nacional revienta al alcance de ………. Y si nosotros seguimos aumentando lectores, tenemos prevista una zurra en el castillo. Pero en mayo, y según la faltriquera. La redacción, en perpetua pereza, agradeció no respondiendo. Bastante tienen con Bruselas.